Michelson G, Engelhorn T, Dörfler A; Deutsche Medizinische Wochenschrift
136 (46), 2355-8 (Nov 2011)
Se describe el caso
de un paciente de 54 años, con episodios inespecíficos de mareos. Antecedentes de Hipertensión arterial sistémica
(HAS) desde hace 11 años y de diabetes mellitus (DM) desde hace 1 año. Su último control de presión arterial (PA)
fue 134/109 mmHg, recibiendo atenolol, clortalidona e hidroclorotiazida, además
de simvastatina, metformina, glimepirida y ramipril. Su índice de masa corporal (IMC) fue
27,7. Fue sometido a examen de fondo de
ojo, revelando estrechamiento arterial focal y generalizado y microinfartos (“manchas
de algodón”) en el ojo derecho; la relación arteria/vena estaba disminuida en
0,74 en el ojo derecho, y 0,77 en el izquierdo.
La tomografía de
coherencia óptica (TCO) reveló un microinfarto isquémico en la retina, con
marcado edema axonal. La angiografía de sustracción
digital de los vasos cerebrales revelaron una estenosis del 40% en la arteria
carótida interna derecha y una estenosis proximal severa de la arteria
basilar. Se trató mediante angioplastia,
con implante de stent en la arteria basilar, con éxito; controles posteriores
no mostraron disminución en el tamaño del microinfarto retinal, pero tampoco
reestenosis en el sitio de implante del stent.
Se concluye que
los microinfartos retinianos denotan áreas localizadas de hipoxia e
hipoperfusión retinal, pudiendo actuar como marcadores de micro y
macroangiopatía generalizada. Los
pacientes con severa microangiopatía retiniana, deben ser examinados para
detectar cambios microangiopáticos tempranos y luego ser tratados por
procedimientos intervencionistas para evitar daños irreversibles de órgano
blanco.
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